viernes, 26 de marzo de 2010

el homosexual... 3 y 4, Copi

                                                                                
Escena III

Garbenko, Garbo

     Garbenko
¡En el nombre de un perro! ¡En menos de dos kilómetros maté como mínimo tres lobos! ¡Empieza a volverse imposible salir de casa! ¡Mirá! ¡Me arrancaron la mitad de la manga! ¡Escuchame, Nikita, no había necesidad de que te llevaras diecisiete perros para un solo trineo! ¡Podrías haberme dejado tres o cuatro! No pensarás que me puedo hacer arrastrar por tu chihuahua, ¿no? ¡Encima meó por todos lados tu chihuahua de mierda! ¡La próxima se lo tiro a los lobos!
     Garbo
Tiraseló a los lobos y callate la boca.
     Garbenko
Acabo de escaparme de los lobos y estoy medio muerto de frío, ¿y vos me recibís así? Además, ¿por qué me hiciste venir acá?
     Garbo
Te dije que te callaras la boca, Garbenko.
     Garbenko
Nikita, te estás poniendo rara.
     Garbo
Como para no ponerse rara con vos en el fondo de Siberia. Callate, Yvan.
     Garbenko
Nikita, ¿dónde estamos?
     Garbo
Estamos en lo de madame Simpson, la madre de mi alumna de piano.
     Garbenko
Pensé que ya no le dabas más clases a esa alumna.
     Garbo
Tomás el té todos los días con ella entre las cinco y las seis de la tarde en la taberna Lenin. ¿La amás, Yvan?
     Garbenko
¿Para eso me hiciste venir hasta acá?
     Garbo
No, no es para eso, pero respondeme.
     Garbenko
Hace diez años que tomo el té con tus alumnas de piano, y siempre te hiciste la que no lo sabías.
     Garbo
Esta no es como las otras.
     Garbenko
¿Porque está operada?
     Garbo
No te hagas el vivo, Yvan.
     Garbenko
Nikita, ¿estás celosa de ella o de mí?
     Garbo
La amo, Garbenko.
     Garbenko
¿Por qué no me lo dijiste antes?
     Garbo
¿Por qué te lo tendría que haber dicho?
     Garbenko
Está bien. Pero ¿para qué me hiciste venir hasta acá?
     Garbo
Necesito cuarenta perros y un trineo resistente para llegar al Transiberiano mañana antes del alba.
     Garbenko
¿Te vas con ella?
     Garbo
Sí.
     Garbenko
Me lo podrías haber dicho en casa.
     Garbo
En casa está lleno de micrófonos.
     Garbenko
Vuelvo en seguida con los perros y el trineo. Te amé mucho, Nikita.
     Garbo
Yo también, Yvan.
     Garbenko
¿Te llevás tu chihuahua?
     Garbo
No, lo dejo.
     Garbenko
¿Me puedo llevar tu trineo para ir hasta la casilla a buscar otro?
     Garbo
Podés.
     Garbenko
Hasta luego, mi General.

(Sale Garbenko. Entran Madre e Irina.)


Escena IV

Madre, Garbo, Irina

     Madre
La hice salir de la cama para que usted lo escuchara de sus propios labios. Vamos, deciseló. ¡Hablá, Irina!
     Garbo
Hola, Irina.
     Irina
Hola.
     Garbo
¿Estás mejor, querida mía?
     Madre
¡Perdió el bebé, madame Garbo!
     Garbo
¿Qué está diciendo? ¿Es verdad, Irina?
     Madre
¡Lo cagó a tu porquería de hijo! ¡Hace apenas unos minutos! ¡Acabo de enterrarlo en la nieve!
     Garbo
Irina… ¿es verdad?
     Irina
Es verdad.
     Garbo
¿Me puedo servir un poco más de mirabel, madame Simpson?
     Madre
Haga.
     Garbo
Gracias.
     Madre
Y ahora ya se puede ir, madame Garbo. Ya no hay más nada entre usted y mi hija. ¡Y vos, andá a acostarte!
     Garbo
No me voy nada, madame Simpson.
     Madre
¿Necesita que le aplique un boleo en el orto?
     Garbo
Hay circunstancias en la vida, madame Simpson, y usted lo sabe tan bien como yo, en las que la sinceridad es inevitable. Que sea hoy o dentro de un año, que nosotras tres tengamos una conversación es parte del destino.
     Madre
¡Te vas a ir de acá, conchuda, y rápido, si no querés que te rompa los dientes!
     Irina
Mamá.
     Garbo
¿Qué querías decir, Irinita?
     Irina
Tengo hambre.
     Madre
No comió nada esta noche. ¡Mire qué pálida que está! ¡Y todo por su culpa!
     Garbo
Es usted una madre muy dedicada, madame Simpson.
     Madre
¡Además, es posible que ni siquiera fuese suyo el chico ese! ¡Se hace cojer por cualquiera, vaya uno a saber de quién era el espermatozoide! Incluso llegó a decir que era mío.
Vamos, comé la sopa.
     Irina
No quiero.
     Madre
Irina, ¡comé la sopa!
     Irina
No quiero.
     Madre
Irina, ¡te voy a hacer chas-chas!
     Garbo
Dejelá. Está asustada.
     Madre
¡Hay días que la cagaría a cachetazos!
     Garbo
¿Estás asustada, Irina?
     Irina
Sí.
     Garbo
Se pone colorada. ¿Querés un bombón, Irina? Mirá, te traje bombones de cassis, como a vos te gustan.
     Irina
Gracias.
     Garbo
¿Qué estuviste haciendo estas últimas semanas, Irina, desde que no venís a las clases?
     Irina
Nada.
     Garbo
¿Nada? ¿No te sentaste frente al piano ni siquiera una vez?
     Irina
No.
     Garbo
Vos, que tenés las manos mejor dotadas del mundo… ¡No hay que permitir que tus dedos pierdan su maravillosa agilidad!
     Irina
Estuve cojiendo mucho estos últimos tiempos. Me pongo en pelotas en los cagaderos de la estación, y todos los cosacos vienen a dármela.
     Madre
¿Vio? Y usted que creía que el bebé era suyo.
     Garbo
Déjeme hablarle.
     Irina
El bebé era de ella.
     Garbo
¿Qué decís, Irina?
     Irina
El bebé era suyo.
     Madre
Irina, ¡dijiste que era mío!
     Irina
No puede ser. Tenía tres meses.
     Madre
¡Dijiste cuatro meses!
     Irina
Sí, pero era nada más así de grande. Tenía tres meses. O es de ella o es de su marido. Él también me la daba bastante en esa época.
     Garbo
Irina, ¿qué decís?
     Irina
O es de usted o es de su marido. O tal vez de un cosaco. Pero de ella no es.
     Garbo
¿Ni siquiera sabés quién es el padre de la criatura?
     Irina
No estoy segura.
     Garbo
Es demasiado para mí. Adiós, Irina. ¡Prefiero que me coman los lobos!
     Madre
¡Ah, no, espere un momentito! Ya que vino a hacerle una declaración de amor se la va a hacer. ¡Y ahora mismo! Porque usted se piensa que somos unas burguesas, madame Garbo, usted se cree que la nena es una estúpida burguesa como usted, que se pasó la vida con su enorme trasero sentado al lado del suyo mientras tocaban el piano a cuatro manos, ¿no? Pero ¡dele, animesé, mírela bien de frente, mírela, vamos, encuentrelé algo de romanticismo, usted que es tan sofisiticada! ¡No tenía ni diez años que ya se iba a la Huchette a que se la dieran los árabes! ¡Mírela bien de frente a su alumna de piano, la mejor dotada! ¡Vamos, pidamé su mano, dele nomás, torta sucia, animesé, pidamé su mano, tortillera, vamos!
     Garbo
Irina, mi padre me educó entre orquídeas y tapados de piel. No conocí a mi madre. Mi padre era cónsul en China; ahí aprendí a tocar el piano. Crecí en un ambiente romántico. Todo lo exótico era natural para mí, cotidiano. A los dieciséis años tuve un hijo con un hombre casado, un hombre que después me hundió en el barro. Odié a ese niño. Era anormal. Lo maté con mis propias manos y lo enterré bajo una parcela de rosas. Como castigo por mi crimen, mi padre me hizo implantarme un sexo de hombre, y luego se murió de pena. Conocí a Garbenko en una recepción que di por el primer aniversario de la muerte de mi padre. Garbenko nunca fue para mí más que el tiempo de un vals estirado entre años demasiado largos. Antes de encontrarte, mi vida era tan fría como la nieve que nos rodea. Te amo, Irina. Quiero volver a China con vos. La casa de mi infancia nos espera en medio de los nenúfares. Garbenko va a llegar en cualquier momento con cuarenta perros y un trineo resistente. Vamos a llegar al Transiberiano antes del alba. Cuando las autoridades militares se den cuenta de tu desaparición, Garbenko se va a encargar del asunto. Vení conmigo, Irina.
     Irina
Sí.
     Garbo
¿Dijiste que sí, Irina?
     Irina
Sí.
     Madre
¿Querés que te haga las valijas, Irina?
     Irina
Sí, mamá.
     Madre
Hay mucho espacio en un trineo. Agarrá mi tapado que es más abrigado que el tuyo y la bolsa con tus muñecas árabes. No vas a necesitar nada allá.
     Irina
Voy a agarrar también el culotte rojo que me regaló el tío Pierre.
     Madre
Lo tenés puesto, querida. Voy a buscarte las muñecas.
     Irina
Esperá, tengo ganas de ir al baño.
     Madre
¡Vamos, acompañelá usted! Así empieza a acostumbrarse.
     Irina
No. Ella no.
     Garbo
Irina, de ahora en más voy a ser yo la que te ayude a hacer tus necesidades.
     Irina
Usted no.
     Garbo
¡Te ponés colorada! ¿Pero por qué? ¿Por qué te doy vergüenza, querido mío?
     Irina
No me da vergüenza.
     Garbo
¿Entonces? ¡Vení!
     Irina
Con usted no.
     Garbo
Vamos, Irina. ¿Por qué?
     Irina
Con usted no quiero. Prefiero con ella.
     Garbo
¿Qué es lo que te da vergüenza, querida?
     Irina
No me da vergüenza.
     Garbo
Entonces, vení.
     Irina
No, ya pasó. No tengo más ganas.
     Garbo
¿Estás segura, querido mío?
     Irina
Sí.
    Madre
Si la conoceré… Mire, ¿no siente? ¡Ya cagó! ¡Vení que te limpio! Y te querías llevar el culotte del tío Pierre… Debe estar en un estado tu culotte…
    Garbo
Dejemé ayudarla.
     Irina
¡No! ¡No quiero!
     Garbo
¿Por qué, querido mío?
     Irina
¡No quiero limpiarme!
     Garbo
Pero hay que limpiarse.
     Irina
¡No quiero!
     Madre
¿Siente cómo apesta? Vamos, tome un poco de mirabel.
     Garbo
Irina, hay que limpiarte. Vamos a hacer un viaje largo.
     Irina
Eso no cambia nada. No quiero limpiarme.
     Madre
¿Vio? ¡No para!
     Garbo
Déjeme hablarle. Madame Simpson fue siempre una buena madre para vos, Irina. ¿No es cierto?
     Irina
Sí.
     Garbo
Pero no la querés.
     Irina
No.
     Garbo
¿Por qué?
     Irina
Porque usted es más buena que ella.
     Garbo
Ella es muy buena, Irina. Se sacrificó toda la vida por vos. Si se operó fue para que la deportaran con vos, mientras que a mí apenas si me conocés. ¿Quién te dice que un día no te voy a abandonar como a Garbenko? Mirá las cosas de frente, Irina. Madame Simpson nunca te defraudó, sos el único amor de su vida. ¿No vas a dejar que te limpie, sabiendo que son los últimos momentos de tu vida que vas a pasar con ella?
     Irina
No.
     Garbo
Entonces, vamos a limpiarnos.
     Madre
¡Qué modales!
     Irina
¡No, no quiero!
     Madre
Pero, Irina, ¿qué te pasa? No va a ser la primera vez que te lave ¿no?
     Irina
Quiero que me lleve así. Si me ama me tiene que llevar así.
     Garbo
Irina, ¡eso no tiene nada que ver!
     Irina
¡Sí!
     Madre
Pero, Irina, ¿no te das cuenta que tenés que tomar el Transiberiano que está lleno de gente distinguida y que apestás como si fueras carroña.
     Irina
¡Dejen de tratarme como a una idiota! ¡Entiendo todo!
     Madre
¡Si entendés todo, entonces solo hay que limpiarte, chancha! Además, ¿sabés qué? ¡Andá sola! ¡Estoy harta de tu mierda!
     Irina
Entonces quiero que lo haga ella.
     Garbo
¿Querés que lo haga yo, mi amor?
     Irina
Sí.
     Garbo
Vení, querida.
     Madre
¡Qué castigo! ¡Vení!
     Irina
¡Vos no! Ella sola.
     Madre
¡Irina, yo sé cómo limpiarte! ¡Hace diez años que lo hago!
     Irina
¡Pero yo quiero que ella me limpie sola!
     Garbo
Sí, querida mía. Vení.

(Salen madame Garbo e Irina. Madame Garbo entra.)

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